Creencias limitantes: cómo identificarlas y transformarlas
- Patricia Villagra M.

- 22 sept
- 3 Min. de lectura
Las creencias limitantes son ideas o pensamientos que nos restringen, nos hacen dudar de nuestras capacidades y, en muchos casos, nos impiden avanzar hacia nuestras metas o hacía nuestra mejor versión. Por lo general, estás no nacen de nosotros mismos, sino que se instalan (o programan) a través de comentarios o experiencias en nuestra infancia, de lo que nos dijeron familiares, profesores o incluso amigos. Sin darnos cuenta, esas frases se quedan grabadas en nuestro subconsciente como verdaderos programas y se aparecen justo cuando intentamos dar un paso importante.

Nuestro comportamiento está profundamente influenciado por estas ideas: nos frenan, generan miedo al cambio y nos hacen creer que no podemos aprender cosas nuevas. Todos tenemos creencias limitantes, es algo muy humano; lo relevante es reconocerlas y transformarlas.
Un ejemplo personal: Durante años pensé que no era creativa, porque asociaba la creatividad con inventar algo “desde cero”. Al enfocarme en lo que realmente me apasiona —las comunicaciones— descubrí que mi creatividad estaba allí todo el tiempo. Sólo debía "activarla". Hoy veo ideas en todas partes y soy capaz de adaptarlas e integrarlas en mi trabajo de una forma que antes no imaginaba.
Como dijo Henry Ford: “Tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, estás en lo cierto.”
Ejemplos de creencias limitantes
No soy lo suficientemente bueno.
Soy malo para las matemáticas.
No soy elocuente.
No soy creativo.
No sé hablar en público.
No soy bueno para el deporte.
Cómo trabajar tus creencias limitantes
Identifícalas: Haz una lista y enfréntalas con una idea positiva. Ejemplo: “Soy malo para las matemáticas” → “Estoy mejorando en matemáticas”.
Cuestiónalas: Pregúntate si realmente son ciertas, solo ideas heredadas o han sido implantadas.
Trabaja tu autoconocimiento: Lleva un diario, medita o analiza cómo te hablas internamente.
Reemplázalas por pensamientos positivos: Usa afirmaciones positivas que refuercen tu confianza. Se compasivo contigo mismo.
Busca ayuda profesional: Un psicólogo, un terapeuta o un coach puede ser un apoyo si estas creencias están muy arraigadas.
¿Por qué es importante trabajarlas en el ámbito laboral?
Superar las creencias limitantes no solo mejora tu desarrollo personal, también impactará directamente en tu trabajo. Cuando logramos identificarlas y transformarlas, nos volvemos más seguros, comunicamos mejor, nos atrevemos a innovar y colaboramos de manera más auténtica. Esto favorece las relaciones interpersonales, potencia el trabajo en equipo y permite construir organizaciones con mayor creatividad, compromiso y alto rendimiento.
¿Qué pueden hacer los empleadores?
Las organizaciones también pueden jugar un rol clave en ayudar a sus colaboradores a superar las creencias limitantes. Implementar programas de bienestar emocional, talleres de autoconocimiento o espacios de coaching grupal puede ser una inversión con un alto retorno (ROI), ya que potencia la confianza, la motivación y el sentido de pertenencia. Cuando un empleador promueve estas iniciativas, no solo está apoyando el desarrollo personal de sus trabajadores, sino que también está construyendo equipos más seguros, creativos y resilientes. En la práctica, esto se traduce en mayor innovación, mejor clima laboral y un compromiso más profundo con los objetivos de la empresa.
Además también existen creencias limitantes colectivas! No solo las personas las tienen, también los equipos pueden tenerlas. Estas se forman con base en experiencias pasadas, comentarios de líderes, rutinas instaladas o incluso por la cultura organizacional.
Algunos ejemplos de creencias limitantes en equipos de trabajo:
“En septiembre las ventas siempre bajan, no hay nada que hacer”.
“Nuestro departamento nunca logra innovar, eso es cosa de I+D”.
“Los de marketing no entienden nuestro trabajo, mejor no colaborar con ellos”.
“Aquí no se puede proponer nada nuevo porque nunca nos escuchan”.




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